SUDAMERICA
Ya estamos en Colombia. Pese a todo el miedo que nos han metido amigos y conocidos, que por cierto nunca han estado en este país,con respecto a su inseguridad, yo siempre he tenido cierta simpatía por el. Desde hace tres años llevo viniendo a Bogota por trabajo, y me ha maravillado la disponibilidad y amabilidad de la gente. Hoy es el primer día en el país y me reafirmo en lo dicho. Si no tuvieran el problema de las FAR y de los secuestros express, seria poco menos que el paraíso. Desde el mismo momento que nos presentamos en la frontera hasta el día de hoy en Cali, todo han sido facilidades, pero ojo, no nos equivoquemos, en Colombia hay sitios muy peligrosos y eso es lo que una persona sensata debe de tártara de evitar desde el primer momento.
Nada más presentarte en la frontera de Colombia, ya es un hecho palpable que el país esta en mejor situación que Ecuador. La aduana es una verdadera aduana, y no lo que hemos dejado atrás. Los funcionarios muy amables y capaces. En poco más de 20 minutos hicimos nuestro papeleo y del camión, con su correspondiente inspección visual, que fue por cierto puro formalismo. En la misma oficina de tramitación de formularios tienes una agencia de información turística del país que una atenta joven se desvive por prestarte el mejor servicio posible.
En Colombia no te piden el carné de passage. Te dan un permiso temporal por 60 días, que en nuestro caso fue lo que solicitamos, pero creo que también te lo pueden dar por 90 días. Eso si, es obligatorio el seguro de accidentes a personas SOAT, que deberas sacarlo en el pueblo más próximo a la frontera, en nuestro caso Ipiales. Te lo espiden en un supermercado que hay en el centro de la ciudad llamado ALKOSTO. El periodo mínimo son 3 meses y en nuestro caso costó 38€. Tengo que reconocer que trampeé un poco, pues le dije que el vehículo pesaba 4500kg, sabiendo que el siguiente tramo tarifario es el de 5000kg. El unimog pesa mas de 5500kg. Lo digo para los que llevéis vehículos pesados. Este seguro solo cubre los daños producidos a personas.
Otra cosa que debes hacer es cambien el dinero en la plaza de San Felipe, en Ipiales.Allí encontrarás numerosas casas de cambio, todas con el mismo cambio.No te aconsejo hacerlo en los buscavidas de la frontera. El billete de 100US$ perjudica el cambio, así que es mejor dolares en billete pequeño.
La Panamericana en el lado Colombiano es una auténtica maravilla, tener en cuenta que ya desciendes a 2000 metros y eso se nota tanto en la vegetación, en el motor del vehículo y en tu propio cuerpo. Los valles son una delicia, la vegetación embriaga y los camiones dan miedo. Tener mucha precaución con la conducción!! se respetan poco las prohibiciones de adelantar, a su favor esta en que la velovidad media no supera los 50km/h
Muchos militares custodian la panam, en especial los puentes, pues han sido fecuentes objetivos de la guerrilla.
La primera ciudad a visitar es Popayan. Para mi, la gran desconocida. Dicen que es la más bella despues de Cartagena. De momento no conozco Cartagena, pero Popayán es hermosa. Una ciudad colonial limpia, pulcra, muy tranquila y segura, con una movida noturna fascinante, que se mueve a ritmo de salsa y requetón, con gente simpatiquisima y con muy buena mesa donde dar placer a nuestra boca. Todo su casco antiguo respeta las fachasdas encaladas, la iluminación tenua y uniforme, numerosas calles peatonales y su Universidad pone la guinda a este pastel.Solo le falta que tuviese mar, para ser quizás, perfecta.
Seguimos por nuestra fascinante Panam y llegamos a la siguiente ciudad, Cali. ¡¡Lo opuesto!!! Cuidado con Cali. No es un farol. Los arrabales son dantescos y en el centro histórico o casco viejo, aparte de no merecer en absoluto la pena, tiene calles muy comprometedoras. No dudéis en preguntar a cualquier policía, que por supuesto hay mucha, de vuestro itinerario a seguir, por si os tiene que rectificarlo, como lo hicieron con nosotros. De ir por una calle a ir por la otra paralela, es como ir pidiendo a voces que me quitéis hasta los calzoncillos. Por la noche, no os lo tengo ni que recordar que no vayáis de paseo. No seáis tontos. Los taxis son baratos y no merece la pena ir de machito hispánico o de capitan America pensando eso de que "a mí no me va a pasar". Con el Unimog nos metimos por unas calles Vidal y yo, buscando un parking en la zona vieja, y nos miramos a la cara y nos dijimos, "patas para que os quiero" o como en el argot aeronáutico decimos "go around". Se ve a simple vista.
Por el contrario, existen barrios perifericos, de clase alta, como son ciudad jardín, que son una delicia. Buenos restaurantes, bares y discotecas, donde ahí si estas seguro y agusto. Pero,...siempre en taxi. Esto lo he aprendido desde que vuelo a sudamerica. Una nota, al pagar la consumición en los bares, os darán un tiket. Conservarlo, pues el "gorila" de la puerta os lo pedirá al salir, y tendreis un problema si no lo portáis.
En Cali tuvimos la suerte de encontar un reducto de paz en la zona sur, regentado por una chica llamada Olga y su equipo, que nos trataron como a reyes. Es como una especie de parque sindical en Madrid, donde la gente va a divertirse, hacer deporte y bañarse. Nos abrieron sus puertas por la tarde cuando llegamos y nos dejaron pernoctar en sus instalaciones, todas para nosotros solitos, con vigilancia 24 horas, baños, luz ...y gratis. En fin, así es Colombia y sus gentes. Todo un encanto.
Notas de viaje: